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Richard Ranking habla de su niñez y su papel en Outlander

Richard Rankin ha venido para quedarse. Y por eso, si quieres saber algo más de este actor escocés - que si le sigues en Twitter, verás que hace alarde de un excelente sentido del humor y fina ironía en muchas ocasiones, - aquí tienes una muy completa entrevista que seguramente hará las delicias de todas las fans de Roger y Richard.

Traducida por Cuchy.

En la próxima hora, Richard Rankin hablará de astrofísica, galletas, cuentas de Twitter fraudulentas, aspiraciones de “banda de música”, el cambio de IT por la carrera de actor, y de la vez en la que Elaine C. Smith le vió desnudo. Abróchense los cinturones.

Nacido en Glasgow, la estrella del drama de éxito en televisión, Outlander, empieza con una ráfaga de anécdotas ocurrentes. Cuando nos encontramos en el hotel Soho en Londres, Rankin está de buen humor. Hay una chispa traviesa en sus ojos y no nos es difícil salirnos del tema.

Richard Rankin es el actor escocés que interpreta a Roger en Outlander
Richard Rankin es el actor escocés que interpreta a Roger en Outlander


Lo primero, hablamos de su personaje en Outlander. Ranking interpreta a Roger Wakefield, un profesor de Oxford e hijo adoptado de un reverendo de Inverness, que se encuentra sin quererlo ni beberlo, en medio de una aventura de viajes en el tiempo.

Basada en los libros de Diana Gabaldon, la serie ha conseguido millones de fans y ha hecho a sus protagonistas, personajes famosos en todo el mundo.

Rankin se incorporó al reparto a finales de 2015, después de casi 18 meses de tremendas especulaciones. Otros nombres que se barajaron para el papel de Roger incluían a Matthew Goode de Downton Abbey’s y las anteriores estrellas de Juego de Tronos, Gethin Anthony y Richard Madden.

“El casting fue riguroso, como poco”, dice Rankin. “Es el casting más exhaustivo que he hecho nunca. Me tuvieron una y otra vez probando diferentes materiales e ideas para el personaje. Tenían muy claro lo que querían".

Desde el principio, Rankin -de 34 años- fue un firme favorito entre las fans de Outlander, que presionaban apasionadamente a los productores para que él consiguiera el papel.

“Incluso desde antes de que me eligieran, fui una de sus opciones como Roger durante mucho tiempo”, dice. “Era extraño y me puso en una situación rara en la que yo pensaba: ‘Espero que los ejecutivos del show no crean que he empezado mi propia campaña para que me elijan’”.

Testimonio de su status como rompecorazones son la gran cantidad de cuentas de Twitter que rinden homenaje a todo lo que le concierne, desde los llamativos ojos azules hasta sus majestuosas cejas.

¿Hay otras partes de su anatomía que tengan un club de fans? “El cerebro”. Espera, no sabía que tenías un cerebro. “Aparentemente, lo tengo. Y tiene su propia cuenta de Twitter”, nos cuenta. “También la barba -que hoy no llevo- y otras similares, bastante cómico”.

Los fans de Outlander son un grupo estupendo, dice. Incluso tienen la costumbre de intentar engordarle. De acuerdo a su bio en Twitter, a Rakin le gustan las galletas. “El tema es”, nos interrumpe. “que no es a mí personalmente. Mucha gente no ha pillado la broma”.

Explícate, Richard… “Es el personaje. El pequeño Roger, de la primera temporada, coge una galleta y entonces pregunta: “¿puedo coger otra galleta”? Y por eso, yo puse “me gustan las galletas” en mi bio de Twitter. Y ahora me mandan galletas casi diariamente: galletas de mantequilla, hobnobs, hobnobs de chocolate, pastas regionales, pastas de distintos países, galletas de las que no he oído hablar nunca…”

¿Se come Rankin todas estas galletas? “Si, de vez en cuando abro un paquete o dos. Pero dono muchas galletas a buenas causas: bancos de alimentos, gente, familia, perros…”

“Me gustan las galletas, pero no tanto como piensan las personas que llevan la campaña. A Roger le gustan las galletas era un hashtag en Twitter.”

Rankin mira por encima de mi hombro a su publicista, y me comenta “no quiero hablar demasiado sobre galletas”, se ríe. “Puedo ver a Jenny mirándome como diciendo “deja el tema de las galletas, porque va a ser el titular del artículo”".

Richard Rankin tras las cámaras de un episodio de Outlander
Richard Rankin tras las cámaras de un episodio de Outlander

Avanzamos rápidamente. Aunque para cuando Rankin para de hablar, tengo la impresión de que la pobre Jenny hubiera preferido que siguiera hablando de galletas.

Es el segundo mayor de cuatro hijos, y creció en Glasgow. Su padre, Colin, ahora jubilado, fue oficial de policía y su madre, Margaret, continua trabajando en la industria hotelera.

Rankin paso su infancia en el “West End”, donde la familia tenía un piso en Byres Road, antes de trasladarse a King’s Park en la zona Sur (no en Rutherglen, como dice la Wikipedia) cuando tenía 10 años.

“Era un caos con cuatro chicos en casa”, dice. “Siempre me estaba escapando cuando era pequeño. Los compañeros de mi padre me trajeron un par de veces a casa por haberme ido a la aventura”

¿Dónde ibas? “A unas 300 yardas (274 metros) de distancia. Solía escaparme de casa porque me parecía una idea muy romántica. Ni siquiera pienso que escapara de nada. Simplemente me iba”

Una vez, encontraron a Rankin escondido debajo de un coche en una calle cercana. En otra ocasión se escapó corriendo de su clase en la escuela primaria. “Tenía dos profesores corriendo detrás de mí”, dice. "Una vez más, no llegué muy lejos. Tropecé y me hice daño en la rodilla de mala manera; estaba raspada y sangraba”.

Según íbamos profundizando en su pasado, había momentos en los que me sentía como si actuara como una psicóloga amateur. ¿Por qué se escapaba? ¿Quería llamar la atención? ¿Lo hacía porque estaba aburrido?

“Creo que simplemente era intrépido. Allí donde había un andamio, a menudo podías encontrarme en la parte superior, o en los techos de las viviendas. Me subía a cualquier cosa."

No está bromeando. Mientras trataba de librarse de la regañina de su madre, por una aventura u otra, el joven Rankin hizo una maniobra que hasta a Spiderman le sería difícil conseguir.

“Las paredes en el hall de nuestro piso estaban bastante juntas”, explica. “Cuando era pequeño, solía ser capaz de poner las manos y los pies en cada una de las paredes, y trepar”.

Una vez llegaba al techo, Rankin permanecía allí en silencio. Bueno, casi en silencio. “Mi madre iba arriba y abajo por el hall buscándome, y yo no podía evitar alguna risita. Cuando miraba hacia arriba, su cara tenía una mezcla de emociones, entre total furia y absoluta hilaridad”

Tiene un montón de anécdotas que contar, aunque Rankin insiste en que no había ninguna razón malévola o inquietante para sus travesuras. “No era porque mi vida familiar no fuera buena”, afirma. “Simplemente, era una pieza. Tremendamente travieso cuando era pequeño”

Cuanto más emocionante la aventura, mejor. “Cualquier cosa peligrosa parecía atraer mi atención”, nos dice.

A Rankin le castigaron durante un mes en una ocasión. ¿Qué hizo para merecerlo? “Me echaron temporalmente del colegio”. Mira de nuevo a su publicista. “Jenny odia esta entrevista”.

De nuevo vuelve a mí. “Rompí una ventana. Había un chaval en el otro lado que me estaba fastidiando, así que pegué un par de golpes en la ventana, y saltó en pedazos. Me quedé muy avergonzado. Pensé: ‘oh no, estoy en un lío'. Nunca había tenido problemas en el colegio y sabía que lo acaba de hacer era malo.

“No me echaron por mucho tiempo. Creo que debió ser un Viernes y volví al colegio el Lunes. Era séptimo de primaria.”

Aunque Rankin no comenzaría a actuar hasta los veinte años, ya había signos de un artista en ciernes mucho antes. “Pasé por muchas salidas creativas”, dice. “Mi padre tocaba la batería y estaba muy metido en la música. Era lo que había querido hacer mucho antes de enrolarse en la policía."

“Mi primer recuerdo musical fue escuchar a Billy Joel. Tengo muchos recuerdos bailando en pañales y cantando Uptown Girl.”

Tristemente, hay pocas esperanzas de que esto aparezca en las rotativas de “Antes de que se convirtieran en estrella”. "No existen imágenes", dice, sonriendo. "Una cámara de video en aquel entonces era un lujo".

Richard Rankin en la serie Thirteen
Richard Rankin en la serie Thirteen.

Esto fue en los 80 cuando, a diferencia de la era de los “smartphones” de ahora, los videos eran para los días importantes y las fiestas. Lo cual es quizás a lo que debe su inclinación por hacer espectáculos caseros.

Rankin pasó por una fase en la que pretendía ser RoboCop, y otras gemas como una imitación de Michael Jackson en concierto en el patio del colegio, que acabó con derramamiento de sangre (la suya) y una humillación miserable (también suya)

“Cobraba 2 libras por entrada, lo que creo que era razonable”, recuerda. “Aunque es posible que lo rebajara a una libra, no recuerdo las cuentas”.

“Había comprado bombas de humo. No estoy seguro de cómo me planteé la logística de toda la pirotécnia. Pero obviamente, en mi cabeza habíaluces, humo y todo un ambiente de concierto.”

“Conseguí vender tres entradas. Resultó ser un completo desastre y me abrí la cabeza tratando de hacer una voletereta atrás, que acabó en una columna. Las bombas de humo tampoco funcionaron”.

En su adolescencia, Rankin continuó con sus sueños hacia el estrellato. “Quería ser escritor, cantante, hubo un breve y embarazoso período en el que quería ser parte de una banda”, dice. “Incluso me dejé el pelo al estilo de Nick Carter”.

Rankin comenzó un curso en Tecnología de la Información en la Universidad Caledonia de Glasgow, pero una conversación fortuita en unas vacaciones en Los Angeles cambiaría el curso de su vida.

“Conocí a un productor - creo que trabajaba en OC, aunque no estoy 100 por 100 seguro – pero era uno de los ejecutivos en una serie de ese tipo”, dice Rankin. “Estaba alojado en el hotel Roosevelt en Hollywood Boulevard con el elenco de la serie y estaban pasando el rato.”

La pareja comenzó a charlar y el productor le dijo a Rankin que tenía buena pinta para ser actor y le preguntó si lo había considerado como una posible carrera. “Yo pensé: sí, claro, lo que tú digas… pero fue suficiente para plantar la semilla.”

Después de volver a Glasgow, Rankin hizo una audición para estudiar artes escénicas en “Langside College”. Por entonces, era Richard Harris, pero adoptó el apellido de su madre cuando solicitó su tarjeta Equity para evitar la confusión con el actor irlandés.

Los primeros papeles de Rankin incluyeron la ya desaparecida comedia de enredos de la BBC, Legit, y un espeluznante final en Taggart, un rito de iniciación para cualquier aspirante a actor escocés, antes de unirse al elenco de la comedia de culto Burnistoun en 2009.

Salió de gira con la aclamada producción de Gregory Burkes, Balck Watch, con el Teatro Nacional de Escocia, en 2010. Incluso ahora, a Rankin se le empañan los ojos cuando habla de ello

“Estuve tres años y fue una de las mejores experiencias de mi vida”, dice. “No creo que haya nada que le gane, en términos de una producción teatral. Aún sueño sobre ese espectáculo.”

Richard Rankin en la serie The Crimsom Field
Richard Rankin en la serie The Crimsom Field

Siguieron otros papeles en el drama bélico “The Crimson Field” de la BBC, y como ganador de la lotería en “The Syndicate”, de Kay Mellor. Rankin protagonizó junto a Anne-Marie Duff el thriller psicológico “From Darkness”, y más recientemente junto a Morven Christie y Vicky McClure en “The Replacement.”

Como su compañero escocés Sam Heughan, que interpreta a Jamie Fraser en Outlander, Rankin se encuentra en una posición en la que su fama ha explotado internacionalmente, aunque en su tierra natal, sigue siendo más conocido por otros papeles en televisión.

De hecho, deberíamos conocer su alter ego en pantalla bastante bien. "Si hablamos de los libros, sé que Roger todavía estará en el libro nueve", dice, refiriéndose a la última novela de Outlander que Gabaldon está escribiendo.

“Diana muestra de vez en cuando pequeños fragmentos, y ha habido escenas en las que Roger está presente. Si vamos a la par con los libros, estaré ahí en la temporada nueve.”

Aparte del trabajo, podemos encontrar a Rankin escuchando a menudo podcasts del astrofísico Neil deGrasse Tyson o jugueteando con ordenadores.

“Siempre he estado interesado en las tecnologías de la información, y aún lo estoy”, dice. “Cuando tenía 15 o 16 años, monté el ordenador de mi padre. Si no hubiera sido actor, estaría haciendo eso, o algo relacionado con la ciencia.”

El único momento en el que se cierra en banda es cuando le preguntamos por sus relaciones. “Sin comentarios”, es su educada y firme respuesta. A muchos de los fans de Outlander, les gustaría ver a Rankin involucrado en una relación romántica con su compañera de reparto Sophie Skelton, cuyo personaje Brianna Randall se enamora del estudioso Roger.

“Lo insinúan cada vez que ven fotos de Sophie y mias”, dice. “Oh, qué pareja tan adorable”, “se os ve genial juntos”, “Oh, es amor…” y así todo.”


“Se que Sam y Caitriona (Balfe) han pasado por todo ese drama con gente que insiste en que son una pareja. Aunque presentan al público a sus respectivas parejas, las [fans acérrimas] dicen: 'No, es mentira. Una fachada. Sois una pareja".

Hablando de rumores, ¿es verdad que Elaine C. Smith le ha visto desnudo? “Si, creo que si”, medita. Se supo que Rankin se quitó la ropa cuando protagonizó junto a Blythe Duff “Good with People”, de David Harrower, en el Traverse Theatre de Edimburgo en 2012.

“Hubo otra obra – y creo que esa debe ser sobre la que habla Elaine- que hice con Gabriel Quigley, una obra de David Ireland llamada “Most Favoured” (parte de “A play, a pie and a pint” en 2013), donde me tenía que bajar los pantalones, así que estaba bastante desnudo.”

“Cada vez que veo a Elaine en cualquier acto, es lo primero que dice a quien quiera que esté con ella. Estaba con Barbara Rafferty y le dijo: “le he visto desnudo…” Es una pequeña anécdota bastante graciosa”.

¿Qué más tienes en el tintero? "Outlander ..." Rankin estalla en una estridente carcajada. "Voy a invertir en la serie mucho tiempo. Grabar la temporada cuatro llevará nueve o diez meses, así que no creo que tenga tiempo para hacer otra cosa".

Sin embargo, a largo plazo, Rankin tiene un montón de aspiraciones. “Lo más grande para mí, para quitar de mi lista de deseos, son Hamlet y Macbeth. Me encantaría hacer algo de Shakespeare y enfrentarme a Macbeth y en algún momento tener las agallas de enfrentarme a Hamlet.”

Rankin ya no tiene que salir corriendo en busca de aventura. La está viviendo.


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